Los Baños de Nezahualcóyotl
Los baños y jardines de Nezahualcóyotl son testimonio del alto desarrollo cultural que logró para su pueblo el genio y “Rey Poeta”. Es increíble que muy cerca de la ciudad de México exista un lugar de tal belleza e importancia arqueológica, y sea tan poco conocido. A un lado de Texcoco y entre un lomerío del valle, por un angosto camino que serpentea trepando entre cerros y cañadas, llegamos a un pequeño monte de conformación cónica, en donde se encuentran vestigios notorios de la grandeza de nuestro pasado.
En una de las plataformas de esta estructura se encuentra una gran tina o pequeña alberca circular en donde se bañaba el monarca con sus concubinas. A esta gran tina le precede otra mucho más pequeña y poco profunda que servía para calentar el agua con el calor del sol, y de ahí se precipitaba a la tina mayor. El agua fluía hasta las tinas a través de una red de pequeños canales, a veces labrados en la roca, y en tramos construidos con argamasa y piedra. Estos canales fueron alimentados por un acueducto procedente de un manantial que nace en un cerro vecino. Es una verdadera obra de ingeniería hidráulica que, además de surtir el preciado líquido a las tinas, piletas, fuentes y jardines que estaban alrededor del cerro, llegaba incluso hasta los aposentos reales en el palacio de campo, y a los estanques del bosque.